Poema a Santa Fe.
Cuando llegué a la vida me acercaste a tu pecho.
En la mañana fría junio estaba naciendo.
Detrás de los cristales
rezaban sus plegarias de brazos descarnados hacia el pálido cielo
los árboles dormidos del boulevard antiguo
que nace junto al agua.
Me entregaste en silencio tus calles pueblerinas,
el paisaje costero,
el Paraná que pasa acunando recuerdos,
los sauces mensajeros de adioses vegetales,
la Solapa acechando entre flores de ceibo,
la fragancia envolvente de los blancos jazmines en los atardeceres del soñoliento enero,
los parques caminados con paciencia infinita de la mano morena que me tendió el abuelo,
tus casas coloniales cobijando la historia,
un puente legendario que quiso ser velero para seguir el paso de los camalotales
navegando las olas que no tienen regreso
y en la tarde ventosa de un día de septiembre sumergió en la laguna su corazón de hierro.
Me brindaste la tierra,
los soles generosos,
el tranquilo escenario para mis simples sueños
por eso eres tan mía como mi piel cetrina,
por eso soy tan tuya como el agua y el viento.
Cuando llegué a la vida me acercaste a tu pecho.
En la mañana fría junio estaba naciendo.
Detrás de los cristales
rezaban sus plegarias de brazos descarnados hacia el pálido cielo
los árboles dormidos del boulevard antiguo
que nace junto al agua.
Me entregaste en silencio tus calles pueblerinas,
el paisaje costero,
el Paraná que pasa acunando recuerdos,
los sauces mensajeros de adioses vegetales,
la Solapa acechando entre flores de ceibo,
la fragancia envolvente de los blancos jazmines en los atardeceres del soñoliento enero,
los parques caminados con paciencia infinita de la mano morena que me tendió el abuelo,
tus casas coloniales cobijando la historia,
un puente legendario que quiso ser velero para seguir el paso de los camalotales
navegando las olas que no tienen regreso
y en la tarde ventosa de un día de septiembre sumergió en la laguna su corazón de hierro.
Me brindaste la tierra,
los soles generosos,
el tranquilo escenario para mis simples sueños
por eso eres tan mía como mi piel cetrina,
por eso soy tan tuya como el agua y el viento.
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