Caronte.
Caminaré al crepúsculo hacia el agua dormida
y pediré al remero suplante las orillas.
Los antiguos maderos abrirán una herida en el pecho del río avariento de proas
y en el silencio eterno que el barquero custodia
también seré silencio
navegando en las sombras.
Caminaré al crepúsculo hacia el agua dormida
y pediré al remero suplante las orillas.
Los antiguos maderos abrirán una herida en el pecho del río avariento de proas
y en el silencio eterno que el barquero custodia
también seré silencio
navegando en las sombras.
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