Amiga.
A Elena Piro in memoriam
La pequeña Elenita se detuvo en el tiempo con toda la frescura de su abierta sonrisa
y con ella,
de pronto,
se durmieron los sueños
bajo el sol palpitante de la tarde infinita.
Sus amigos seguimos caminando la vida
para cumplir mandatos de los ciclos biológicos,
perdimos la inocencia una noche cualquiera
y nos enamoramos de otros seres anónimos.
Cumplimos puntualmente con nuestros funerales
como les corresponde a personas adultas
y a veces nos sorprende su tumba en el camino
colmando las miradas de una vieja ternura.
A Elena Piro in memoriam
La pequeña Elenita se detuvo en el tiempo con toda la frescura de su abierta sonrisa
y con ella,
de pronto,
se durmieron los sueños
bajo el sol palpitante de la tarde infinita.
Sus amigos seguimos caminando la vida
para cumplir mandatos de los ciclos biológicos,
perdimos la inocencia una noche cualquiera
y nos enamoramos de otros seres anónimos.
Cumplimos puntualmente con nuestros funerales
como les corresponde a personas adultas
y a veces nos sorprende su tumba en el camino
colmando las miradas de una vieja ternura.
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